La verdad es que debemos decir, que ni en el más pesimista escenario de planificación estratégica empresarial, se incluyó la pandemia como un riesgo potencial. Era cuasi imposible presagiar que tendríamos un parón tan significativo e impactante en la economía y en la sociedad en general. Es por ello que nos llama poderosamente la atención, artículos referentes a cómo Reinventar el Futuro, o aquellos que intentan sacar la bola de cristal e intentan adivinar el futuro. Y nos preguntamos, si eso es posible con la que nos ha caído. ¿Está vigente la planificación estratégica a largo plazo? Son algunas preguntas y reflexiones que debemos plantearnos.
Claramente, aun cuando era un concepto pre-covid que muchas organizaciones venían implementando, el teletrabajo pasó de ser una práctica organizacional potencial para optimizar coste y conciliar vida laboral, a una obligación de subsistencia de las organizaciones. Hecho que aún es pronto valorar, pero que, sin duda alguna, moldeará el futuro de las organizaciones tal como las conocemos hoy día. Un estudio de Cisco evidencia el paso a teletrabajar en todo el mundo
Pre-COVID, solo el 19% de los empleados de las organizaciones teletrabajaban, a un 62% que lo hacen hoy día. Cifra que se considera baja en muchas industrias.
El teletrabajo ha puesto sobre la mesa factores que son interesantes analizar desde una perspectiva del comportamiento organizacional, y permite refrescar algunos conceptos que en la normalidad eran impensables. Veamos.
- La tecnología. Ha sido la gran salvadora de muchas organizaciones. Mantuvo trabajando a sectores clave de la economía como son: sanidad, telecomunicaciones, banca, seguros, alimentación, logística, comercio electrónico, entre otros. Así mismo, la seguridad ha pasado a ser estratégica y crucial para las empresas.
- La empresa digital. La pandemia ha puesto en la mesa de altos directivos la imperiosa necesidad de abordar y tomar en serio la transformación digital de la empresa. Inexorablemente, postpandemia, las empresas estarán más interconectadas, y facilitarán los negocios a través de la tecnología. Un beneficio claro y directo para las empresas.
- El trabajo colaborativo. Indudablemente el trabajar aislado y remoto, en primera instancia frenó muchos proyectos que estaban en progreso. Empujando a las organizaciones de todo tipo a buscar alternativas para trabajar de manera colaborativa y productiva. Herramientas como Jira, Confluence, Trello, Slack, entre otras, han saltado rápidamente a la palestra, para facilitar la conexión de los equipos, y mantener a los proyectos vivos.
- Stress organizacional. Trabajar confinado y de forma remota ha convertido habitaciones, salones, cocinas, terrazas y todo tipo de espacio casero en oficinas. Aunado a las noticias, familias estudiando y trabajando, y haciendo el ocio en casa ha trasladado el tradicional stress de la oficina al hogar. Stress que necesita escape, y que fácilmente se busca en la TV o la serie de moda. Los departamentos de RRHH tienen trabajo para mitigar este mal, que sin duda alguna puede socavar la productividad de la empresa.
- Cultura Organizacional. Una definición sencilla de Cultura Organizacional o empresarial es “la forma como la empresa realiza las tareas y procesos”. Con la pandemia se ha visto a la empresa confusa en realizar esas tareas. Trasladar todo a la nube, por ejemplo, implica reacomodo y capacitación del personal, quien tendrá que asimilar rápidamente el nuevo escenario de trabajo que se impone. Más compromiso y pérdida o mejora de las relaciones humanas.
- El teletrabajo. ¿Será permanente? Menos espacio de oficina y gastos de operación. Redunda en un cambio muy significativo en la manera de trabajar. Aún es pronto para conocer su impacto. Algunas industrias y sectores lo tendrán más fácil, otros más complicados. Por ejemplo, el sector tecnológico se moverá como pez en el agua, mientras que sectores tradicionalistas como el gran consumo y logística lo tendrán más complicado.
- La capacitación de los trabajadores. Nos decía una alumna “Hemos tenido que pasar de 30 años enseñando presencial a online (e-Learning) en 7 días”. Más aún en entornos corporativos, en donde, trabajadores confinados teletrabajando, y luego exigir que realices un curso online, encima aburrido y tedioso, puede ser la tormenta perfecta para su rechazo. Tendrán que innovar los de capacitación corporativa con buenos cursos con buen diseño instruccional, para enganchar a los estudiantes en los cursos online (e-Learning).
- Rendimiento organizacional. Lo que se denomina el Performance de la organización. Habría que realizar un seguimiento a cómo lo hace la empresa trabajando de forma remota, y en especial teletrabajando y tele-aprendiendo. El resultado es crucial, ya que buenos resultados impulsarán la digitalización y mejora de procesos, por el contrario, indicadores deficientes, supondrá un parón y reanálisis de la situación actual.
- Impacto en los mercados. Otra variable importante de análisis es el impacto de la pandemia en los mercados. La aviación, restauración, ropa y calzado, alquiler de oficinas, etc., son sectores que dependiendo de la dinámica del futuro se verán afectados. Veremos.
Entones, reinventar el futuro es posible. Es una interrogante importante, quizás debemos adoptar el mantra “Partido a partido” para ir gestionando la empresa. Y estar alerta a los cambios. La mentalidad de Agilidad y Digital First pueden aportar valor.
Lo que, si estamos seguro, la tecnología ha sido nuestra gran tabla salvadora durante la pandemia, ha facilitado el trabajo, educación, ocio, comunicación, e-commerce, e interacciones de todo tipo. Será una herramienta estratégica de corto, medio y largo plazo en donde la apuesta es segura y rentable.
En ITMadrid Digital School hemos trabajado para mejorar las competencias digitales de los trabajadores, haciéndoles crecer y trabajar de manera más productiva.
Nuestro Diplomado en Transformación Digital, ayuda a entender el nuevo escenario y poder trabajar con otra mentalidad, en donde la tecnología juega y jugará un rol estratégico. Más información del Diplomado en: